viernes, 23 de septiembre de 2011

Por qué no es bueno evadir impuestos (basado en una historia real)

Juan era un chico de barrio, más precisamente de Villa Urquiza. Desde hacía años trabajaba en el negocio de su familia, una fábrica de ropa. Pero un día decidió que era el momento de ponerse por su cuenta. Y lo hizo.

Muy contento con su nuevo emprendimiento, se puso a buscar un contador de confianza. Contrató a Pedro, un amigo suyo de toda la vida y en quien confiaba plenamente por su honestidad.

Enseguida se reunieron los dos a planificar cómo iba a ser la inscripción en los respectivos impuestos nacionales y locales. En realidad Juan ya venía operando desde hacía algunos meses, pero siempre en la informalidad, y se quejaba de que algunos de sus clientes le pedían factura por sus ventas. Finalmente se decidió por inscribirse en el IVA, sus clientes agradecidos por tener factura.

Cuando llegó el momento de hacer la primera liquidación del impuesto al valor agregado, Pedro le pide las facturas de compras y ventas del mes a su amigo. Efectúa la liquidación correspondiente y se encuentra con que las compras del período superan a las ventas. Pedro, extrañado de este hecho, se pone en contacto con Juan para preguntarle el por qué de esta situación. Juan le comenta que porque era el primer mes, tuvo gastos iniciales propios de cualquier negocio.

La situación se mantuvo igual por varios meses, hasta que Pedro se decidió sentarse a hablar seriamente con Juan sobre los números. Juan se justificaba diciendo que los impuestos en Argentina son demasiado altos, que si uno cumple con la ley al pie de la letra acaba fundiéndose, que todos hacen lo mismo, que en su familia siempre se manejaron de esa manera y nunca tuvieron problemas, etc.

La evasión de impuestos es un problema más serio de lo que se imagina. Sin dejar de mencionar los efectos económicos negativos que acarrea para la economía del país, es una seria traba para el crecimiento de las Pymes. Supongamos, por ejemplo, que Juan el día de mañana necesite obtener un préstamo para comprarse una nueva máquina. El banco le pediría sus últimas 3 declaraciones juradas del impuesto a las ganancias. Al ver que sus ingresos son insuficientes para calificar, no obtendrá el crédito. ¿Usted le prestaría dinero a una empresa que genera pérdidas? Nosotros tampoco.

Además existe el riesgo de una inspección por parte de AFIP. Si, por ejemplo, todos los meses nuestro negocio viene arrojando pérdida, y hace 5 años que estamos trabajando, el fisco seguramente se percatará de ello, y a menos que podamos probar de dónde provienen los fondos para poder operar a pérdida, será muy difícil defender esta situación.

En cualquier caso, lo mejor es siempre hacerse asesorar por un profesional en ciencias económicas, el que buscará la mejor manera de reducir la carga tributaria, pero siempre dentro del marco de la ley.

Pablo Trentin
Contador Público - U.B.A.
http://www.estudiocontable.org